Un pequeno rato con Rusia

(Por favor lee la descripción)

Un día, en medio de la nada,  ¿A caso la “nada” era el mar?, si, a si era, el amplio mar que rodeaba las costas rocosas de las codiciadas Islas Malvinas, aquellas islas que Argentina disputaba una y otra vez con Inglaterra por años, sin tener un final notorio, pero, dejando esto un poco de lado, el día y el clima eran  fríos, con un viento bastante fuerte,  las nubles cubrían el cielo, solo dejando de vez en cuando observar  la tenue luz del sol,  en el aire se podía respirar un pequeño sabor salado, ¿Acaso no es el ambiente perfecto para una visita?

- ¡Hey!, ¡Vicky! – Peter rompió el silencio dirigiéndose a la chica de cabello alborotado.

-¿Si?, ¿Que sucede? – respondió con una sonrisa volteando a mirar al pequeño niño con grandes cejas, ojos azules y delicado cabello rubio.

- ¿Cuánto más tardara esto?, me estoy aburriendo- se quejó un poco ante Victoria, bajó la mirada y se puso a patear algunas piedras que estaban debajo de sus pies.

-Sinceramente no lo sé Peter, Arthur vive muy lejos de aquí… -suspiro algo cansada y miro como jugaba con las pequeñas piedras.

- Entonces, ¿no te visita tan seguido? – levanto la mirada, observando atentamente esperando la respuesta.

- A si es… - volvió a suspirar, pero ahora con un poco de molestia, para terminar sentada en el piso.

- ¡No te sientas mal!, Arthur es a si… -se agacho a su lado, intentando hacerle sonreír.

- ¡Victoria!, ¡Peter!  -grito Raivis a lo lejos, mientras corría hacia ambos.

- ¿E-eh?, ¿Que sucede? -Miro extrañado al contrario ir hacia Victoria y hacia él.

- ¡E-el señor Rusia ya viene!, ¿d-dónde está el señor Inglaterra? -dijo algo nervioso, freno de golpe, evitando caer, y lentamente recupero el aliento.

- Umh... debe estar por allí con alguno de sus "favoritos" - inflo las mejillas haciendo un pequeño puchero, indicando cierta molestia.

-¿F-favoritos?... N-no entiendo – volteo desesperado intentando  notar antes que todo la presencia de los dos anteriormente  ya mencionados, quería salir de ese lugar lo más pronto posible, para evitar ser aplastado una y otra vez como era la costumbre.

- Con favoritos se refiere a Alfred, Matthew, Michael y algunos otros… ¿Acaso no es obvio? - Miro a Raivis más molesta de lo que estaba ya mientras se paraba de suelo.

-¡D-discúlpeme! – comenzó a lloriquear y a hacer drama al por mayor.

-Tonto… - Peter enmarco una de sus tupidas cejas y cruzo los brazos, enseñándole la lengua.

- Como se… - Victoria no termino su comentario al ver que un barco se acercaba, - ¡Miren! – cambio bruscamente de tema, incluso de estado de ánimo.

- ¡Arthur ya llego! –se le dibujo una sonrisa en el rostro, esto solo indicaba algo para él, por fin podría irse.

-¡Espere-en! – Raivis se unió nuevamente a la conversación con este comentario.

-¿Qué pasa? – Victoria le miro algo confundida.

- ¡E-el señor Rusia viene junto con el señor Inglaterra!- paso saliva, se encogió de hombros levemente temblando y corrió de manera rápida a ponerse detrás de Victoria.

- La pu… que me pari… no me jodan… – contesto en voz muy baja para ella misma, dejando salir aun parte de la “argentinidad” que conservaba.

Los tres incautos miraron como el barco soltaba en ancla, y entre una leve niebla vieron salir dos sombras, en ese momento se marcó y formo en sus rostros la sensación de un escalofrió, apretaron los puños, inhalaron aire y se prepararon.

-¡доброе утро! (dobro utra/buenos días) – Iván levanto la mano, aun desde el barco en señal de saludo mirándolos desde arriba y sonrió ampliamente.

- Victoria make the tea, please – Arthur miro a Malvinas y le ordenó desde arriba parado aun a lado del ruso.

-¡Pronto bajaremos!, ¡da! – miro contento a los tres “niños”, les dio la espalda junto con Arthur y se dirigieron rápidamente a caminar para poder bajar.

- Confió en que te agrade la visita a estas islas mías, espero notes los recursos que tienen y sobre todo la zona estratégica militar –el cejudo sonrió confiado mientras caminaba a la par de su acompañante de viaje, aunque no podía evitar el cierto miedo que le tenía a Iván, pero sabía ocultarlo bien.

- Se ven bastante agradables e interesantes, da – no dijo más, sonrió mientras se acomodaba la bufanda que había sido movida de su cuello por el viento.

Ya en tierra se reunieron los cinco, Victoria le dio a Iván una pequeña descripción de todo con lo que contaba, puros datos generales le dio a conocer.

Pronto entraron a una pequeña casa ubicada en el Puerto Stanley, esta casa tenía una planta baja y un primer piso bastante pequeño, por el exterior era blanca, contaba con dos ventanas las cuales ocultaban el interior gracias a sus cortinas grises, Victoria abrió la puerta y dejo ver su fino interior, el piso está formado de pura madera de roble, a la derecha estaba una pequeña cocina, enfrente estaba el sanitario y por ultimo a la izquierda estaba una sala en tonos de colores marrones y rosas, a la cual es invito a pasar.

-Pasen por favor, el té pronto estará- Victoria se quitó el abrigo que portaba de color café y le colgó cerca de un perchero que había en la puerta.

-S-señor Rusia, m-me permite su abrigo por favor – Raivis intento hablar lo más seguramente posible y estiro el brazo extendiendo la mano.

-Claro, da- se quitó el abrigo,  lo dejo caer sobre el menor cubriéndolo con el mismo debido a lo grande que era la prenda y comenzó a caminar hacia donde había ido el inglés.

-S-señor esperare a fuera- colgó el abrigo junto con el de Victoria y salió de la habitación.

- Bien, Peter que esperas y haz algo para ayudar – Arthur se quejó al observar desde la sala ya sentado en el sofá principal que el menor solo se quedó allí parado sin sentido alguno.

-Sí, ya voy- miro de manera infantil y se dirigió hacia Victoria- ¿hay algo que pueda hacer Vicky? –le miro con los grandes ojos azules que tenía juguetonamente.

-Por supuesto, podrías llevar el té a la sala de estar - Victoria le sonrió de alguna manera tierna y le comenzó a poner todo lo necesario para la hora del té en una bandeja plateada.  –Aquí esta, ahora llévalo con cuidado a la sala Peter-

-Claro que si Vicky- tomo la bandeja de la mesa con ambas manos y se dirigió a la sala con ella, pero, en su camino se cruzó un inesperado tapete el cual lo hizo caer frente a Iván tirándole todo encima. -¡lo siento! –Cubrió su rostro o al menos intento hacerlo.

-¡Idiota! – no he hizo esperar Arthur para ser escuchado con sus reclamos y quejas.

-¿¡Que sucede?! – Victoria salió rápidamente de la cocina para mirar el molesto incidente.
-¡Lo siento I-Inglaterra! –se levantó lo más pronto que pudo y corrió a ponerse detrás de Victoria.

-Kol…mi ropa esta húmeda… kolkol… - comenzó a susurrar Iván, todos se callaron de golpe.

-¡N-no te molestes, iremos por algo para que lo u-uses!- Arthur se levantó de golpe y tomo a Victoria de una mano. -¡N-no tardamos!, ¡y tú!, ¡discúlpate!- dijo bastante molesto lo último para Peter y en menos de lo que imaginaba ya había azotado la puerta, se encontraba afuera corriendo por todo el lugar para conseguirle ropa seca con la esperanza de evitar que una desgracia pasara.

- Voy a morir… - pensó Peter para sus adentros.

- Kol….- fijo su mirada en el menor, esperando la tan anunciada disculpa.

- ¡L-lo-lo siento mucho señor Rusia!- apretó los ojos. -¡No-no era mi intensión! –comenzó a hablar entre lloriqueos.

- Kolkol… - guardo silencio por un momento y después de dispuso a soltar un fuerte suspiro- no te preocupes, todo está bien, da. –sonrió alegremente a pesar de la situación, se levantó y camino hacia Peter.

-¿¡Eh?! – se erizo de pies a cabeza, quedando su mente en blanco por algunos segundos - ¡Ahora mismo, recojo todo esto!- aún bastante apenado se agacho ante Iván a recoger todo lo que había quedado.

- Te ayudare – se agacho frente a él y en sus manos comenzó a poner restos de una taza rota.

-Uhm…. Uh… - Peter intento aguantar el llanto pero no pudo más. – A-Arthur me matara….- susurro bajando la mirada.

-Estoy seguro de que no lo hará, da- lentamente se quitó uno de sus guantes cafés de piel y le revolvió el cabello.

-¿Eh?- miro confundido desde abajo.

-Eres un niño bastante agradable, no dejes que Arthur te haga miserable- continuo revolviéndole el cabello, se agacho un poco y le miro a los ojos.  –Tienes futuro, cuando crezcas serás casi tan bueno como Yao- rio un poco y antes de reincorporarse le dio un pequeño beso en la frente acompañado de unas palmadas en la espalda.

-¿S-si?... – a duras penas el menor entendía lo que quiso decir, su rostro mostraba un poco de rubor.

-до свидания! (dasvidania/adiós) y por favor dile a Arthur que después hablaremos, da! – sonrió  y tomo su abrigo poniéndoselo antes de salir.

- Si, se lo dire…- asintió con la cabeza. - ¿Tengo futuro?, ¡Si, eso es!, ¡Yo tengo un futuro! – sonrió para sí mismo pensando y analizando las palabras de Iván una y otra vez en su cabeza.

Se quedo allí un buen rato en la misma situación, imaginando mas y mas todo lo que podría hacer, incluso podría decirse que ese día marcaría el resto de su vida... esto no se queda aquí, esto continua...